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18 ene 2013

LA MIRADA DEL OTRO

La mirada del otro es una novela (y película) de Fernando Delgado. No la he leído. Ni siquiera la sinopsis.
Pero también es una expresión que, de vez en cuando, hemos usado en clase.
¿Cuántas veces un niño se ha excusado de una travesura con la coletilla «es que soy malo»?
Incluso, puedo dar fe, tengo una prima que de tanto repetirle que se parecía a mi madre, cuando le recriminaron (una vez más) su actitud, ella respondió: «¿Qué queréis que haga si me parezco a mi tía?.»

En ambos casos (y muchos más) los niños asimilan la mirada del otro y la expresan en voz alta.
Por eso, nuestros profesores, nos dicen y nos repiten que jamás juzguemos a los niños (mucho menos, delante de ellos).

Os pondré un ejemplo. Un día, en clase, para que lo entendiéramos, mi tutor nos contó una historia.

Un reconocido fotógrafo que, además, había ganado importantes premios; le preguntaron por cuándo decidió dedicarse a cazar luz. Es una pregunta muy recurrente: «¿Cuándo supiste que querías ser actor/escritor/médico/payaso/fotógrafo...?.»
El chico respondió que, estando en un festival de música, iba con su cámara (no por nada en especial, sino como podemos ir cualquiera de nosotros) y conoció a una chica. Estaba hablando con ella cuando le preguntó a qué se dedicaba y él dijo: «Soy fotógrafo».
No era cierto pero ella se lo creyó.
Él también... porque ella lo daba por sentado. La mirada de aquella chica decía que era fotógrafo.
Y así empezó a dedicarse a la fotografía.

Igual que un niño asimila que miramos como «malo»... Nosotros también asimilamos las miradas de los otros.

¿Cómo os ven los demás? ¿Qué os dicen sus ojos? Y, sobre todo, ¿cómo os veis vosotros?

Me despido con una frase que me descubrió una compañera esta semana: «Un padre le dice a su hijo: "Ten cuidado por donde caminas". El niño le responde: "Te cuidado tú. Recuerda que sigo tus pasos".»

3 comentarios:

Alba Úriz Malón dijo...

Esta última frase es requetebonita. Y me quedo pensando en cómo me verán los demás, en qué dirán sus ojos :P.

¡Feliz finde, Mai!

Ana Nieto dijo...

Interesante reflexión, cómo puede afectarnos el modo en el que nos ven los otros, especialmente durante la infancia que somos mucho más receptivos a esto.

La frase final desde luego que da para pensar, muchos advierten y resulta que ellos deberían ser los primeros en cuidarse.


Besos : )

Rebeka October dijo...

Cuidado con las palabras que decimos, a veces curan y otras dañan más de lo que pensamos.

Hay que tener mucho cuidado sobre todo con el legado que dejamos en los otros. De ello depende su manera de recordarnos.