Ayer íbamos a ver Sucker Punch y digo íbamos, porque al final no entramos.
Cuando por fin decidimos que sí que entrabamos - no las teníamos todas con nosotros- cuál fue nuestra sorpresa cuando el precio de la entrada había subido un euro y pico. Nos quedamos a cuadros. Me negué. No voy a pagar ese precio cuando sé que dentro de dos años el dvd va a valer lo mismo (o menos)
El caso es que, ante mi indignación inicial, he preguntado a mis amigos cuánto cuesta el cine en sus respectivas ciudades:
En Huelva vale 6€. 5,70€ con carné joven y, dependiendo de la sala. Solo hay un cine y el precio varía según la sala.
En Cádiz el cine vale 6,40€
8€ vale en Madrid.
En el resto no lo sé. Pero con todo el revuelo que está levantando la famosa "ley Sinde", sus defensores y sus detractores y el futuro cierre de las webs de descarga, la situación de ayer me hizo pensar.
No soy una experta en el tema, pero creo que se puede sumar y restar sin mucha complicación. Os pondré un ejemplo.
Imaginad que yo estoy buscando trabajo y paseando por la ciudad veo un cartel que dice: Se buscan dependientes con experiencia. Nunca he trabajado como dependienta pero, si no me das el trabajo NUNCA voy a tener experiencia y por tanto NUNCA voy a trabajar de eso (o de cualquier otra cosa) Está claro que hay trabajos que requieren una formación específica y una experiencia, pero otros no.
Lo mismo ocurre con el cine y la temida piratería. Si tú abusas de tu posición (productor, editor...) y pones precios desorbitados que no puedo pagar -porque no tengo trabajo- ¿Qué pasa? ¿Que no tengo derecho a la cultura? Yo no trafico con la película descargada. La bajo, la veo y ya está.
Pero, ¿qué pasa si ponen la entrada de cine a 2€? Un ejemplo de esto fue la Fiesta del Cine 2010. Las salas llenas. Lo que me hace llegar a la conclusión de que el problema no es que nos descarguemos las películas, sino el precio del cine. Si lo ponen más barato, la gente va más al cine. Porque a pesar de lo que digan, a la gente le gusta el cine. Mucho.
Y que no se quejen, que el Kinepolis de Valencia SIEMPRE esta LLENO. Siempre.
Creo que no es tan difícil de entender. Yo no quiero las cosas gratis -nadie las quiere-. Sé lo que cuesta, es esfuerzo, ilusión...Y llamándonos piratas, nos están insultando cuando son ellos los que nos han convertido en eso -y tampoco, no lo somos, pero bueno-.
Llegados a este punto se llega a una terrible conclusión, como dijo Tomás Moro, primero nos convierten en piratas y luego nos castigan por ello.
¿Y en tu ciudad, cuánto vale el cine?
Si vos, toleráis que vuestro pueblo esté mal educado y sus modales corruptos desde la infancia, y después los castigáis por los crímenes a los que su primitiva educación les ha avocado, se llega a la terrible conclusión señor de que primero los hacéis ladrones y los castigáis después - Por siempre jamás
1 comentario:
El tema piratería-precio es algo que me mata. Como autor creo que a lo que debe aspirar cualquier artista es a que el público disfrute de su obra, sin renunciar por ello a percibir un sueldo digno por su trabajo. En el momento en que los intereses de terceros se apoderan de la cadena de comunicación, artista-producto-público, la cosa no puede hacer más que hundirse, como efectivamente está sucediendo en nuestra sociedad actual.
Me guardo el tema para hablar de él más amplio en mi blog, jeje, pero eso sí, te reconozco que hace AÑOS, en mayúsculas, que me niego a ir al cine.
Un besote, nena-
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