¡¡He cazado a Begoña!! Bueno, en realidad me cazó ella a mí primero...
Como todas las cazas, voy a contar un poquito quién es Begoña Oro, aunque a estas alturas quien visite este blog y no lo sepa...
Begoña es una zaragozana, adicta a los tacones, al chocolate negro, al viento, las flores y a la palabra escrita. No le gusta madrugar, ni hacerse fotos, ni las tiendas de electrónica. Le encanta bailar con su hijo, estar con su familia y sus amigos y, como no, leer y escribir. Tiene superpoderes y, desde hace unos meses, es la ganadora del Premio Gran Angular 2011 con su novela Pomelo y Limón.
Y ahora sin más dilación...
Maite: Para empezar, darte la enhorabuena por el premio y la pregunta de rigor ¿Pomelo o limón?
Begoña: Pomelo, pomelo.
M: ¿Por qué escribe Begoña Oro?
B: Por pura incapacidad. Igual que un tartamudo no puede dejar de tartamudear, yo no puedo dejar de escribir.
M: ¿Cuándo descubriste que querías ser escritora?
B: ¡Más tarde que mis profesores! Ellos me insistían en que escribiera, y yo no les hacía mucho caso.
M: ¿Has tenido bloqueos alguna vez? ¿Cómo los superas?
B: ¡Sí, muchas veces! Aún no los he logrado superar. En esos casos, he abandonado el proyecto y me he puesto con otra cosa.
M: Pomelo y Limón está arrasando, ¿Qué crees que atrae más de tu novela?
B: Eso no te lo sabría decir. Sí te puedo decir qué me gustaría que fuera lo que más atrajera, y es el estilo, la forma en que cuento una historia que, pese a darse en unas circunstancias concretas, podría sucedernos a cualquiera. Como me dijo una lectora: “todas somos (o hemos sido) María”. He hecho muchos esfuerzos por escribir esa historia con un estilo personal. Y luego he hecho muchos esfuerzos para que no se note el esfuerzo y parezca escrita con facilidad.
M: El tema de la vida pública y el derecho a la privacidad está latente entre las páginas de tu libro. ¿Eres partidaria del derecho al olvido en la red?
B: Sí. Yo guardo cajas con cartas y fotos que podría romper cualquier día. Me gustaría poder hacer lo mismo con todo lo que escribo y cuelgo en la red.
M: Y ya que hemos introducido el tema de Internet, una pregunta peliaguda: ¿A favor o en contra de la ley Sinde?
B: Peliaguda, sí. Creo que se ese debate se ha viciado con aspectos ajenos a la propia ley. Soy de las que considera que no existe una raza aparte de “internautas” sino que los internautas somos ciudadanos. Considero que Internet ofrece una oportunidad magnífica de compartir contenidos, acceder a información… pero también creo que se debe encontrar una manera de hacer valer los derechos de autor en la red. Quizá la fórmula ideal no sea la que plantea la ley Sinde, pero hay que dar con una.
M: Volvamos a Pomelo y Limón. Tu historia (bueno, la de Jorge y María) está repleta de pequeños guiños a futuros escritores. Eso, o yo soy una rebuscada que te... ¿Qué recomendaciones darías a un escritor novel que a veces no sabe si merece la pena seguir escribiendo?
B: Seré dura. Primero le daría la enhorabuena por plantearse si seguir o no. Siempre merece la pena seguir escribiendo, pero hay que saber si para uno mismo o para los demás. Plantearse si lo que uno escribe debe permanecer en un cajón de casa o puede llegar a más gente es un ejercicio de humildad necesario y digno de aplauso (de la misma manera que decir esto es u ejercicio de arrogancia que espero que se sepa perdonar). Una vez aplaudida la duda, me temo que mi recomendación no será nada original: leer, leer y leer. Y vivir. Vivir, leer y escribir. O sea: tener algo que contar, aprender cómo contarlo y contarlo.
M: Y tú, ¿alguna vez quisiste tirar la toalla? Si la respuesta es sí, ¿qué o quién te volvió a sentar delante del ordenador?
B: Cuando me comunicaron que había ganado el premio Gran Angular, tenía la toalla en el suelo. Estaba buscando trabajo y había pensado renunciar a escribir. Así que digamos que esa llamada, ese premio, me volvieron a sentar delante del ordenador. ¡Y de qué manera!
M: ¿Qué rutina, manías literarias,... tienes?
B: Intento escribir por las mañanas, que es cuando estoy más fresca. Y cuando me atasco, cojo la bici y me doy una vuelta. Voy a todas partes con una libreta. Tengo decenas de libretas donde voy apuntando ideas, haciendo borradores… También tengo siempre boli y papel en la mesilla de noche. A veces me desvelo y apunto ideas… Me gusta escribir en la montaña, donde voy a menudo. Pero vamos, creo que soy lo contrario de una escritora metódica. Escribo cuando puedo, como puedo y donde puedo, y todos esos factores son, en mi caso, muy variables.
M: ¿En qué ha cambiado la vida de Begoña Oro tras el Premio Gran Angular?
B: Ya no busco otro trabajo que no sea escribir. ¡Y respondo entrevistas!
M: Además de escritora, editora. ¿Qué busca una editora entre las páginas de un manuscrito? [Hablamos de infantil y juvenil, claro]
B: Literatura. Y no es tan fácil de encontrar. Literatura, y que ese texto diga algo al lector, que le “active” de alguna forma. Es más que conexión. Es cierta cualidad relacionada con la calidez. Es difícil de describir con pocas palabras.
M: Ahora vamos a cazar palabras. Tienes que ser rápida y no pensar mucho en la respuesta, ¿Preparada?
B:¡No!
-Postre favorito: Tardo aproximadamente veinticinco minutos en decidir qué postre tomaré (soy famosa en los restaurantes por ello) así que no puedo contestar a esta pregunta con rapidez.
-Libro de la infancia: Las increíbles, fabulosas y crudelísimas historias del Antiguo Testamento.
-Autor predilecto: Hoy Tolstoi.
-Música inspiradora: Hoy Ryuichi Sakamoto.
-Un viaje pendiente: Nueva Zelanda.
-Una frase: “Mamá, hay infinitas posibilidades en esta vida” (dicha hace unos días por mi hijo de 6 años).
-Un personaje: Carmen Laforet, sí, escritora, pero también personaje de su propia biografía.
-Una película: Amanece que no es poco.
-Un momento único: Cuando llegué al hotel después de la entrega del premio Gran Angular, cerré la puerta de la habitación y sentí una soledad cósmica.
-Un secreto: Te lo acabo de contar en el momento único.
-Una imagen inolvidable: Un paisaje nevado iluminado por una luz sobrenatural, la de una luna llena de Semana Santa en Evolène (Suiza).
-Zapatos: De tacón.
M: ¡Muchas gracias, Begoña!
B:¡A ti, Maite!
Si queréis saber mucho más sobre Begoña sólo tenéis que pasaros por aquí o por aquí.
EDITO: Blogger vuelve a hacer de las suyas y me está dando errores al publicar comentarios...En cuanto pueda contesto a los mensajes...
3 comentarios:
Ayer comprando el nuevo disco de Nikosia, en la sección libros del Corte Inglés vi Pomelo y Limón y me acordé de ti. Le dije a mi chico, mira nene, el libro que recomienda Mai.jajaja
Pero no tener sueldo es...vi Oscuros (los quiero), vi Canción de hielo y Fuego...hay tantos que me encantaría tener...pero sólo pude volverme con el disco...jajaja y gracias a mi chico.
Algo es algo...
Muy buena la entevista!!
Algún día alguien te la hará a ti.
Un abrazo gigante,
Rebeca.
Me ha encantado la entrevista!! una caza muy directa y muy efectiva para enganchar a los lecotes:) (quien no quiere saber las manías literarias de Begoña Oro)
Me quedo (además de con las manías) con la pregunta sobre qué se busca como editora y también con su respuesta, me gusta saber que "la Oro" buscaba y busca calidez y literatura en un libro, vamos, que te arrope por las noches.
Me ha encantado chicas ^^
Besiños
Al fin funciona esto!!!
@Rebeca: Que rebonica eres!! Ojalá que algún día alguien me haga preguntas a mí :) Gracias guapa!!
@Quera:La Oro es genial -como escritora y como persona- y me encanta que gracias a ella, hayas llegado hasta aquí.
Un besote a las dos
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