Un buen amigo me dijo que hay dos tipos de escritores: los que se documentan y los de trabajo de campo. Los primeros leen libros y bucean por internet. Los segundos van al lugar donde transcurren sus historias.
Me gustan los escritores de campo...
Destino: Llançà (Alt Empordà)
Días: Cuatro
Distancia: 507 km
Transporte: coche
Peajes: sí... íbamos por la AP-7
Duración del trayecto: Con paradas, unas cinco horas y medias
Habíamos decidido que saldríamos temprano: A las 7.00 a.m.
Pero la noche anterior a un viaje tiene algo diferente. Unos nervios con sabor a ansias. A las cinco ya estábamos con el ojo abierto, así que decidimos salir antes.
Desayunamos, bajamos las maletas, compramos un refrigerio para el camino y a las 6.15 a.m nos poníamos en marcha.
El sol se resistía a salir y a la noche le pesaba su vestido lleno de estrellas.
Nuestro destino era Llançà.
Nuestra carretera la AP-7 (muy cara y, a tramos, muy mala, también) Aprovecho y si algún conductor se pasa por aquí: en las autopistas no cobran por horas sino por kilómetros. Por mucho que le pisen no van a llegar antes.
Cada dos horas, minuto arriba, minuto abajo, parábamos. Estirábamos piernas y ¡ale!, otra vez.
En un primer cálculo, habíamos estimado la llegada sobre las 15.00 p.m... llegamos a las 13.00.
No porque apretáramos, sino por el madrugón.
* * *
Nos alojábamos en el Hostal La Florida.
¡Una pasada! El trato, el lugar, el precio... todo.
* * *
Dejamos las maletas y fuimos a dar un paseo para conocer la zona. Comimos y después de descansar, nos fuimos a ver a unos amigos.
¿Os cuento una sensación?
L'Alt Empordà es nuestra Toscana. Tiene unos atardeceres preciosos.
* * *
El segundo día fuimos a ver los pueblos cercanos. Nuestra primera parada fue Cadaqués.
Cadaqués es famoso porque allí veraneaba Salvador Dalí. Como consecuencia los precios se disparan y la gente también.
Debe ser un pueblo precioso; y digo «debe» porque de lo que más disfruté fue de miles y miles de cabezas. Algunas hablaban castellano, otras francés, inglés, alemán... las que menos catalán.
No aguantamos mucho y nos pusimos rumbo a Cap de Creus.
Debéis saber dos cosas de l'Alt Empordà. La primera que todo está a 8 kilómetros. La segunda es que debes de adivinar dónde vas (la señalización no es lo suyo)
Cap de Creus nos gustó mucho. Había gente... pero desperdigada. Y las vistas... ¡¡guau, qué vistas!!
Elegimos el día que más calor hacía pero mereció la pena.
Después nos fuimos a Port de la Selva y comimos allí. Nos hubiese gustado visitarlo a fondo; pero había cansancio, hambre, sed y mucho calor.
El hambre y la sed se solucionaron en un bar junto al mar.
El cansancio con una siesta en el hostal.
El calor... yendo a una cala.
Las calas de la Costa Brava no tienen nada que envidiar a cualquiera que me queráis mencionar. Aguas cristalinas (turquesas desde lejos), frescas, tranquilas...
La piel se doraba al sol y olía tan bien.
* * *
Jorge disfrutó tanto en la cala que el plan del día siguiente se vio alterado. Íbamos a ir a Sant Pere de Rodes pero nos fuimos a la cala. El monasterio podía esperar.
Pasamos la mañana en el agua, luego dimos un paseo y finalmente, después de comer, nos fuimos al monasterio (por cierto, 8 kilómetros de Port de la Selva y mal señalizado...)
Del monasterio me gustaron muchas cosas: su estado, sus rincones ocultos, las vistas... y esa narración en primera persona que casi me hace llorar (es coña, pero estuvo genial)
* * *
Aquella noche era la última. A la mañana siguiente volvíamos a casa.
Paseamos por Llançà y cenamos en una crepería (de la que os hablaré en una ocasión próxima)
Fue breve, sí.
Pero genial.
Lo mejor: La compañía y los colores blanco y azul por todos lados.
La anécdota: Cuando Jorge decidió preguntar y el señor que nos explicaba, perfectamente, las indicaciones, lo hacía en francés. Le entendimos, por cierto.
La foto: Con mi amiga.
Los colores: Azul, blanco, verde y turquesa.
La comida: Ese creppe con queso, champiñones y cebolla caramelizada (y el postre: creppe de chocolate negro al 70%)
Recomendado: Para los que quieran relajarse (no vayáis a Cadaqués)
Y esta fue mi primera escapada del verano.
Muchos besos (con sabor a otoño)
1 comentario:
Qué fotos más chulas, y que lugares!!Y el hostalito es genial!!!
Me ha encantado este reportaje del Alt Empordá!!
Ya sabes lo que dicen sobre los escritores no??
Sean de campo o de documentarse por internet, han de escribir, y pasárselo a los lectores palizas que están deseando leer cada palabra!!xD
Un abrazo gigantesco amiga. Te quiero.
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